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domingo, 8 de octubre de 2017

Amo y odio a Apple


No se si me pasará como a vosotros; pero Quiero y odio a Apple:
A esta reflexión hemos llegado todos alguna vez. Tenemos siempre en mente que la marca de la manzana es un referente, pero quizás no nos damos cuenta que eso es lo que en esencia buscaba su fundador.
Con la salida del último dispositivo de la marca “haters” y “fanboys” discuten sobre la autenticidad o no del Iphone como referencia del mercado para el próximo año y personalmente considero que ellos empezaron esto y ellos marcan la tendencia.
Se conmemoran 10 años de la salida del dispositivo móvil que cambio nuestra manera de interactuar con nuestro teléfono.
Si bien Motorola fue quien puso en nuestras manos la innovación de poder caminar tranquilamente con nuestro teléfono sin preocuparnos de estar limitados a un cable, Apple fue sembrando semillitas de cómo había que vender las innovaciones tecnológicas.
Por que no nos engañemos amigos, Apple es una marca que inventa cosas, pero lo que hace mejor es que encuentra la manera de aplicar y vender lo que está inventado, pero no se ha implementado de una manera atractiva. Herencia del difunto Jobs.
Ellos no habían inventado la pantalla táctil o capacitiva, eso lo inventaron allá por el año 1965, y su aplicación más precoz fue de la mano, o más bien de los dedos de los ingenieros del CERN, pero “la idea” de crear un dispositivo táctil que era una especie de libreta digital con una pantalla táctil que se manejaba con un puntero tipo Stylus fue Apple con El Newton que podría considerarse el primer PDA (Personal Digital Assistant) y precursor del actual iPad. Tenía aplicaciones de calendario, agenda, notas, y podía usar programas desarrollados por terceros para determinadas funciones como calculadoras o procesadores de texto y hojas de cálculo. Contaba con un modem de datos que permitía conectarse con otros dispositivos, enviar faxes (sí, sí, la gente usaba faxes para enviar documentos 😉 ), realizar llamadas telefónicas e incluso comenzar a moverse por Internet con el navegador NetHopper. Era tan avanzado para su tiempo, que fue un fracaso, pero de todo fracaso se aprende.




Y llegamos al 2007 y este personaje con suéter de cuello vuelto y deportivas se sube a un escenario y se saca de la manga el Iphone, y esto queramos o no, fue una revolución tal como la que provocó Motorola.
Volviendo al presente, y después de escuchar y leer muchos comentarios, no me queda más remedio que admitir que Apple ha estirado un poco más los ecos de esa revolución y sin tener que innovar con nada, vuelve a marcar el paso a la industria.
Como reza el dicho -lo cortés no quita lo valiente-, no le podemos quitar el mérito a la compañía de Cuppertino, pues su impacto e influencia en la industria en innegable.
Todo el mundo quiere tener un dispositivo de la marca, sea cual sea, han creado en nosotros ese impulso inconsciente de “lo necesito” que un buen mercader trabaja a la hora de venderte su producto.
Que no le des más vueltas, que cualquier persona sensata entiende que no “necesitamos” un Iphone en nuestra vida, o mejor dicho podemos tener una herramienta funcional y económica que cubra nuestras necesidades sin que tenga que ser Iphone, pero quizás estoy utilizando mal las expresiones semánticas y donde digo sensato, quiero decir otro adjetivo que no encuentro en mi diccionario Humano–Consumidor.


“Allá donde fueres, haz lo que vieres”-Esa es la gasolina del mercado de consumo de los últimos 30 años. Lo que nos ayuda en unos casos y nos lastra en otros es lo social,
El ser humano tiene esa necesidad, ese sentirse aceptado dentro de su ámbito social, es su manera de colmar sus ambiciones y alcanzar así ese estatus tan ansiado que ha creado la sociedad moderna.
A estas alturas me doy cuenta de que esto no es el diván del psicólogo y que aquí no he venido a hablar de mi libro. Pero hay que pasar un poco por ese momento reflexivo que nos encamina a la siguiente parte del artículo.
Llegados a este punto no quiero que se mal interpreten mis palabras, no hablo de Apple como una marca de una manera despectiva, mi intención no va por esos derroteros, ya que sé con absoluta certeza que sus productos son de gran calidad y que su utilización en la industria de la imagen, el sonido y el diseño gráfico son absolutamente reconocidos. Sus dispositivos son eficaces y funcionales en multitud de negocios y por un amplio abanico de profesionales y a estos me debo dirigir con respeto. Queda clara su inversión en I+D, patentes y aplicaciones empresariales
Mis victimas en este escrito son los consumidores de productos así de pulidos de una forma banal y cotidiana. Que es lo mejor que le puede venir a la industria, pero no ayuda nada al resto.
Porque la pelea entre usuarios de IOS y Android no va por esos derroteros, mi frustración se da cuando veo a un adolescente de 13 o 14 años con un Iphone 7, que no necesita más el móvil que para redes sociales y poco más, o a un abuelete con un Samsung S8+ y no sabe ni por dónde cogerlo, -“maldita sea mi nuera, que me ha dado un móvil poseído”-, ahí es donde sufro, por la imposibilidad de usar esa sensatez a la que se me ocurrió aludir como referencia de justificación de este tipo de comportamiento en el que yo mismo me incluyo.



La industria tecnológica ha avanzado de tal modo que es capaz de poner a nuestra disposición verdaderas innovaciones que ni sabemos usar correctamente y que en el 90% de las ocasiones no necesitamos.
Por esta misma causalidad el nivel de exigencia de los usuarios es contrario al de nuestras necesidades. Estamos siendo arrastrados a la espiral de la demanda de unas características que se rige más por los caprichos y las valoraciones de algunos privilegiados, que por la misma necesidad.
Eso ha pasado siempre, no vengo a descubrir nada especial.
En “la era de la información” estamos adoleciendo de eso mismo, de un exceso de información y de valoraciones que podemos hacer desde blogs, canales, o redes sociales que nos hacen comparaciones entre los modelos más altos de gama y los de gama de entrada sin importar precio o características.
A la hora de presentar las especificaciones los fabricantes más conocidos, marcan los estándares que el resto de los “fabricantes de segunda” tienen que intentar ofrecer.
Aquí más que en ningún estado es donde se hace el mayor sesgo, la mayor discriminación y se tacha de mal producto a unos u otros, ya sea por diseño, como por componentes.
Hace 3 años se dio el salto a los 64 bits, y en los 2 años siguientes se produjo el mayor acercamiento entre la que era la gama alta y lo que hoy es la gama media.
Ahora ese pico se ha frenado y ya no hay ese abismo que había entre los buques insignia y sus versiones Lite.
Este es el nivel que en la actualidad tienen los Smartphones y la mayoría de las discusiones en los foros, canales o reuniones.
Ahí es donde nosotros juzgamos en lo económico si tal o cual marca tenía que haber presentado su móvil con mejores componentes y en cuanto está tasando su nuevo modelo.
Cuantos debates sobre procesadores, cámaras, pantallas y demás. Y luego sale Iphone, presenta su pepino y todo el mundo empieza a alabar su prodigiosa manera de enseñarnos innovaciones que otros ya habían implementado, pero que no tenían ese poso de importancia con el que Apple envuelve todas sus presentaciones.



Sony decía que el diseño de sus móviles estaba pensado para la excelencia en lo que se refería a comodidad y ergonomía. ¡Y un cuerno, señores de Sony!!! Sus teléfonos están pensados para hacer huevos a la plancha, porque su propuesta de comodidad está más cerca de una vitro-cerámica que de un móvil.
Y hasta hace no mucho, Iphone adolecía del mismo mal.
Pero siempre hay modas o fabricantes con ideas como pantallas curvas, o simplemente pantallas sin casi marcos. Innovaciones que a nivel estético son más agradables y pueden ser hasta cómodos y prácticos.
Acto seguido los fabricantes empiezan a presentar modelos con características similares.
Mi alusión a este ejemplo viene a colación de lo pejilleros que nos volvemos los consumidores, sin importarnos el hardware o el software a nuestra valoración de un Smartphone, pero que si tal o cual marca argumenta la genialidad de su evolución, asentimos como borregos y lanzamos guirnaldas a su propuesta.
Finalmente tengo que amar y a la vez odiar, o envidiar, o qué sé yo. Tengo que sentir algo por la marca de la manzana, porque somos de marcas, somos de tendencias y somos tremendamente consumidores de tecnología, aunque ni la terminemos de entender, ni la terminemos de necesitar, la tenemos esa adoración que hace milenios tenían a los dioses y a los cielos estrellados.
Se han tomado prestados enlaces y fragmentos de artículos, así como vídeos para completar la información de la forma más veraz posible.
 “Primer teléfono portátil”: https://elcamionerogeek.es/2017/08/haciendo-historia-motorola/
 “Primera pantalla táctil”: http://lahoracero.org/
 “Tecnología en el CERN”: http://cerncourier.com/cws/latest/cern
 “Fragmento del Apple Newton”: http://clipset.20minutos.es/
 “Presentación al mundo del Iphone”: https://youtu.be/vN4U5FqrOdQ

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